Muy agradecido a los seguidores de este blog, os informo de que termina esta experiencia a la par que acaba el año. La noche que viene es la de los grandes propósitos, ya sabéis, y uno de los míos consiste en ... digamos que administrar mejor la aceleración del tiempo. Ojalá se cumpla esta aspiración y también todas las vuestras. Gracias.

Julio.

Nochevieja de 2013.


lunes, 22 de noviembre de 2010

Cuetonidio: para mayores de 60 con sentido del humor


La prístina Cruz de Cuetonidio, levantada a mediados del siglo XX
y tumbada por un rayo en los 60.



Mozart. Requiem.
Introito, Kyrie, Dies Irae I.


Los misioneros aquellos de los ejercicios espirituales pasaban por aquí de vez en cuando. Se conoce que encontraron mucha mies para recolectar. Años antes del satélite sugirieron levantar una gran cruz de cemento en el mismísimo Pico de Cuetonidio, a unos mil setecientos metros de altitud. Los materiales fueron acarreados a lomo de las bestias que cedió, a la fuerza, la gente del pueblo. En casa de Firme el carnicero eran todos socialistas y se supone que el caballo era rojo también porque al subir se comportó divinamente pero de vuelta, cuando pasaba por la braña de Rabanal, expelió una ventosidad muy prolongada y cayó muerto, seguramente por tanta rabia como reprimió.  

... por aquel entonces, en el «lacrimarum vallis» sólo entraba el tren de La Minero. Por lo demás, era una fortaleza remota, atrancada desde fuera e impermeable hasta para las ondas de radio. Las dos docenas de periódicos que Nemesia repartía en su tienda diminuta llegaban con día y medio de retraso aunque casi daba igual porque, para encender la cocina, no importaba gran cosa ni la fecha del periódico ni lo poco que decía. 

(De Laciana, un otoño. Edilesa, 2002).





La Cruz de Cuetonidio fue reconstruida en los años 80 por la Asociación La Salga y, aunque no lo parezca, tiene tiene el mismo tamaño que tenía la original. O casi.

En los años 90, con el desarrollo fulgurante de las telecomunicaciones se abrieron algunas brechas en la muralla y entraron en el valle de Laciana las ondas de radio. Dicen que la que mejor se escucha es la cadena COPE, donde son muy dados a leer las Sagradas Escrituras:
Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio 
a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin. (Mateo 24:14)

¡Ay monines!¡Agarraivos!


El hastial oeste de la iglesia parroquial de Villablino, consagrada en octubre de 1958,  está presidido por una escultura de San Miguel Arcángel Justiciero debida al prolífico artista catalán Josep María Subirachs cuya obra cumbre está en la Fachada de la Pasión 
del Templo de la Sagrada Familia de Barcelona. 



De momento, mientras el fin no llega, la primavera vuelve a asomarse 
por el ojo de la cerradura.

















   ¿Hay arreglo para un territorio tutelado durante 100 años 
por un tinglado político-financiero extraño?

domingo, 21 de noviembre de 2010

Más madera!


 
Por debajo de Llamas y de Rabanal, camino al Bierzo. (Autor desconocido).
 
 
 
Beethoven
Las Ruinas de Atenas. Marcha turca.
 
 

 
 
Por Los Vallines de Villablino, hacia Villaseca. (Tomé esta foto hacia 1975).
 







 
Hacia 1995 anunciaron que las explotaciones a cielo abierto eran imprescindibles para salvar los -¿dos mil?- empleos que la minería subterránea aún mantenía en el valle. Durante los últimos años, a medida que desaparecían esos empleos, se apresuraba la destrucción del patrimonio. Hoy no queda más mina que La Escondida, con treinta y tantos resistentes.
Según el INE, en 1991 éramos 15.825 los habitantes censados en Laciana. Hoy somos 10.660 (probablemente menos, si es cierto que algunos mantienen el registro en el padrón para conservar ciertas ventajas que también están ya siendo recortadas).
Mientras esquilman a cielo abierto lo más sabroso del yacimiento, la actividad económica se frena, falta presión en la caldera y el tren parece a punto de clavarse en los raíles.
Conocían la verdad pero, hasta ayer, continuaron prometiéndonos un espléndido futuro. Hoy necesitan echar al desierto un chivo expiatorio que cargue con sus culpas. Para tener razón, para que el tren no se detenga, para alimentar el fuego en la caldera, ¿continuarán  quemando los vagones?

¡Más madera!       
 
 

 
Go west !  

              

viernes, 19 de noviembre de 2010

Villager de Laciana (II): las brañas


Matalachana y Buenverde desde la Teita Grande.

       



























La Chiburnial, Buenverde, la Senda del Oso, Brañarronda y el magnífico cobertor verde, escudo, filtro y silenciador que envuelve todos estos parajes desde Matalachana a La Collada de Cerredo, todo ello justifica por sí solo el título de Reserva Mundial de la Biosfera. Cuántos municipios europeos envidiarían esta riqueza natural, de conocerla, no por su honorífico título sino por las razones concretas, reales, que lo justifican. ¿Cuántas regiones del oeste de Europa pueden preciarse de conservar la biodiversidad que milagrosamente, inexplicablemente visto lo visto en los últimos años, mantienen las cuencas altas del Sil y el Narcea? ¿Y qué enorme potencial e-c-o-n-ó-m-i-c-o hay en todo ello? 
Una razón por la que estos santuarios sobreviven es la dificultad de acceso masivo en coches, motos, quads y camionetas. Una dificultad que plantea la propia naturaleza, ya que la administración local no solo permite todo tipo de desmanes sino que los favorece. El cemento progresa monte arriba mientras ellos presumen de Reserva de la Biosfera, como si fuera obra suya. Como están cogidos de pies y manos por la garra siniestra, ni siquiera pueden promover una campaña permanente de información, educación, divulgación de las ordenanzas municipales -que las hay o las había- y de la necesidad de su aplicación y riguroso cumplimiento. ¿Cómo impedir a los vecinos algunas actuaciones inconvenientes mientras los extraños arrasan sin duelo cuanto quieren?
Acuden a las ferias, dicen, para poner en valor lo que ellos no aprecian. Y, para colmo, hay que ver dónde y a quién subcontratan la tarea de puesta en valor. ¡Oh Virgen!


Próximo capítulo: ¡Más madera!