Muy agradecido a los seguidores de este blog, os informo de que termina esta experiencia a la par que acaba el año. La noche que viene es la de los grandes propósitos, ya sabéis, y uno de los míos consiste en ... digamos que administrar mejor la aceleración del tiempo. Ojalá se cumpla esta aspiración y también todas las vuestras. Gracias.

Julio.

Nochevieja de 2013.


viernes, 29 de abril de 2011

Las cascadas más guapas de Laciana (IV): El Carbachal de Sosas


No busquéis esta cascada. En mayo de 2012, debido a un deshielo rápido, la riada arrancó abedules, tierra y piedras en las márgenes del río, se produjo un atasco con enorme acumulación de agua y materiales y una avalancha que se llevó por delante el puerto del Carbachal y el terreno alrededor. La cascada estaba en el valle de Sosas de Laciana, a unos 3'4 km. del Barrio de Arriba, por el camino de las brañas, en las coordenadas
42º 59' 26" N   /   6º 18' 19" W


 

Fotografía tomada el 17 de abril de 2011.
Atención: a propósito de las flores, no dejéis de leer el comentario que nos envía Walcher "pinchando" en comentarios, al final de esta página.




Fotos superior e inferior tomadas en el otoño de 2010.



El salto y puerto de El Carbachal.

El diccionario de la RAE contempla casi una decena de acepciones para la voz puerto. Habitualmente entendemos por puertos los pasos a través de grandes cordales montañosos o los embarcaderos marinos. Pero otra de las definiciones que recoge el diccionario es: presa o estacada de céspedes, leña y cascajo, que atraviesa un río para hacer subir el agua. Otra forma de expresarlo podría ser: represa, dique o vallada o banzao hecho a base de piedras y terrones o tapines, a fin de retener el agua de un río para elevar el nivel o para canalizarla y utilizarla en riegos o usos industriales.

Puerto: del latín portus, se aplicó originalmente a la boca de las esclusas para represar el agua en los ríos ... de ahí se asimiló a los puertos marítimos, escribe J.R. Menéndez de Luarca en su Mapa Histórico del Noroeste de la Península Ibérica.

La cascada de El Carbachal de Sosas es -era- un pequeño salto natural en un estrechamiento del río que, como tantos, facilitó la construcción de un puerto para el riego.

           
Esta foto, más explícita, no corresponde al salto de El Carbachal sino a otra cascada y puerto que el escursionista descubrirá cerca del anterior. (El río de Sosas es una sorpresa de principio a fin).

lunes, 25 de abril de 2011

El circo del Cornón (II): La vida en La Chagunona




Antiguamente el mundo era tan pequeño que podíamos dar un nombre a cada cacho de tierra o de agua. Para las lagunas, como eran pocas, solía bastarnos con la denominación genérica de chaos excepto en Somiedo, que allí tenían unas cuantas y con el apelativo común no se aclaraban. Si acaso, el tamaño podía ser determinante. De ahí que, por la parte de Degaña, además de chaos o chagunas teníamos chagüeños o chagüezos o chaunachos. Por la de Cangas, entre Hermo y Riomolín, a una laguna diminuta le pusimos Chauchina, que viene equivaliendo a lagulina. Por Babia bautizamos el Chao de Río de Lago y unos cuantos más. Por Omaña, como hubo siempre un notable trajín debido el Camino de Los Asturianos y a la mucha relación con La Ribera, La Cepeda y La Maragatería, éramos cosmopolitas y pronto empezamos a hablar fino. No decíamos La Garandiecha ni La Veliecha ni chosco ni chao sino La Garandilla, La Velilla, llosco y llao. Que si El Llao de Montrondo, que si Los Llaos de Peña Cefera. Por el monte de Salce, lindando con Abelgas, a una laguna tan guapa como pequeña la llamamos El Llaguillín.
En Laciana, con eso de los tamaños siempre fuimos algo hiperbólicos. En términos de Robles, casi un kilómetro por arriba de La Cueña, a la izquierda del camino, hay un charco de unos quince metros de largo por ocho de ancho y dos cuartas de profundidad que, además, en junio ya está seco. Pero le pusimos El Chao, o sea, El Lago, con todas las de la ley. En las cabeceras del valle de Sosas está el pozo que veis en estas fotos. Tiene forma de riñón, mide setenta metros por treinta y tantos y debe de ahondar por lo menos metro y pico. Y claro, si al charco de Robles le pusimos El Chao, a éste, ¿cómo le íbamos a poner? ¡La Chagunona! ¿Qué menos?


 
La Chagunona de Sosas es uno de esos cuencos que el hielo dejó escarbados al término de las glaciaciones. Hoy día, cuando ocurre el esnieve, La Chagunona rebosa y vierte monte abajo. El arroyo así formado se entretiene dibujando meandros en las sucesivas terrazas que también son recuerdo de la actividad glaciar. En la foto superior vemos una de esas terrazas y más allá, en la pendiente, se distingue el vestigio de al menos tres corros donde, aún no ha mucho, se protegía el ganado en la noche.

 
Por estas charcas del circo del Cornón, en cuanto ocurre el deshielo, el agua está fría como un témpano pero es, al mismo tiempo, un hervidero en plena ebullición.

 
Entre los amigos sabios con quienes comparto la afición por el monte, cada cual tiene una especialidad: El Tío es poeta, Primitivo y Manolo Vega son un seguro a todo riesgo, Pepe Paco es geólogo, Ramón es geógrafo, Manolo el Cazador es botánico y etnógrafo, Roberto es filósofo de la escuela de Schopenhauer, Bito, Floro y Gonzalo el de Igüeña son enólogos -no quiero ser más explícito-, Cástor es ictiólogo, entomólogo y gastrónomo, Víctor el Tsobu es una fuerza de la naturaleza  y así sucesivamente. En cuanto a fauna, todos sabemos que ese asunto lo lleva Edu. Gracias a él sé que los bichos de estas fotos son triturus helveticus o tritones palmeados. En su compañía observé también ejemplares de tritón alpino, que es más oscuro y con la barriga roja, pero en esta ocasión ninguno se dejó ver.

 
 
 
 
    

El 13 de abril, desde la cima de El Cornón me acerqué a La Chagunona que aún aparecía bastante helada. Después anduve observando los tritones por charcas y meandros. Cuando llegué a Veigas caí en la cuenta de que había olvidado arriba el monopié de la cámara. Volví a recogerlo el 17, acompañado por Bito. 
Fijaos en las fotos inferiores para comprobar el desarrollo que, en ese corto espacio de cuatro días, experimentó la prole de la rana bermeja.
 
Día 13
 
 
Día 17, exactamente en el mismo lugar.

 
La rana bermeja puede vivir en altitudes de hasta 2.600 metros. Las hembras ponen varios miles de huevos en paquetes de unos quinientos. Cada huevo tiene un diámetro de dos milímetros. La cápsula de gelatina que los envuelve se hincha o expande y el conjunto flota en la superficie del agua. En tres semanas, los renacuajos quedan libres y la metamorfosis ocurre dos meses después.

 
 
     La Chagunona
 
Chaos o llaos, chagunonas o chagüezos, lo mismo da. El caso es que, hasta hace poco, nos entendíamos muy bien en toda la comarca. Pero, últimamente, la confusión es tremenda. Hay abundancia de concejales de cultura. Hay diputados de cultura y consejeros de cultura y otros tantos de patrimonio y otros tantos de turismo y montones de Empresas y ONG y Gabinetes de Creación y Diseño. Todos ellos dicen preocuparse muchísimo en la Promoción o Dinamización o Desarrollo Rural. Y se atropellan editando folletos dípticos, trípticos y polípticos  surtidos, mapas de rutas, elementos de señalización vertical, horizontal y oblicua -a veces incluso sesgada-, paneles didácticos, centros de interpretación y qué sé yo.
Total, que con la toponimia están armando la de Dios es Cristo. Al Llao de Montrondo le llaman ahora El Pozo Hollado. Al Laguillín de Salce le llaman El Aguilín y El Aguedín ... así sucesivamente.Por este camino, como dice mi madre: no sé qué va a ser.  





martes, 19 de abril de 2011

El circo de El Cornón (I): El "esnieve".

Este reportaje es continuación del publicado en el pasado noviembre.


El largo y precioso caserío de Sosas de Laciana reúne tres barrios: Rebueno, La Trapa y el de Arriba. A su vez, el Barrio de Arriba es una tríada formada por La Chama, El Chugar y El Restriechu. Podría o quizá debería haber escrito Restriel.lu, L.lama y L.lugare o también  Restrietsu, Tsama y Tsugare o acudir al alfabeto fonético internacional o al símbolo usado en lingüística hispánica o qué se yo; con lo que conseguiría quedar como un chupalandrinas, que es como llamamos a quien, por querer satisfacer a todo el mundo, consigue lo contrario.  
A lo que íbamos. Desde la última casa de El Restriechu, siguiendo la ruta descansada hacia las brañas -las rampas son llevaderas-, había que recorrer cuatro kilómetros y pico hasta ver, justo al pie del camino por su derecha, la cascada de El Carbachal. Digo había que recorrer porque la cascada del Carbachal desapareció en mayo de 2012. 

 El desaparecido salto de El Carbachal.


Unos cien metros más arriba de donde estuvo la cascada, los dos flancos del valle se aproximan (Punto 1). Las hombreras que aquí encierran el cauce del río son como el marco de entrada al circo que domina El Cornón de Peñarrubia (Punto 3). 



1 Entrada al circo por los prados del Pontigo y Boca las Casas
2 Veigas / Circo de El Cornón
3 La Chagunona
4 El Cornón
5 Valle Glacheiru
6 Pico El Río de San Miguel
7 Circo de Pleitín






Los prados entre El Pontigo y Boca las Casas son como el portal o la platea del circo. A mediados de abril ya suelen estar reverdecidos, floridos de grichándanas y ocupados por el ganado.





 


Aún hay que caminar un kilómetro y medio más allá del Pontigo para alcanzar el área de Las Presas y de Veigas, hacia la cota 1.600 (Punto 2). El nombre de Las Presas supongo que alude al murete que retiene el río para desviar agua hacia los prados de más abajo. En cuanto a Veigas, éste es el último paraje más o menos plano antes de que se empine el terreno hasta la cumbre de El Cornón.




Desde aquí, desde Veigas, la cumbre de El Cornón (2.188 m.) ya se ve cercana.







En Veigas, algo más arriba de las cabanas, un gran corro para el ganado se conserva en muy buen estado. Sosas puede enorgullecerse de haber sido uno de los pueblos de Laciana que mejor han defendido su paisaje cultural en los últimos tiempos.





El río de Sosas, como tantos, nace de varias fuentes repartidas por el circo. Sobre la majada de Peña Rubia está una de las más espectaculares, la de Los Pastores, que en época de deshielo mana a borbotones. En abril y mayo, con las temperaturas al alza, se completa es esnieve -ta esneviando, decimos por aquí- y entonces el caudal es un verdadero torrente.
 







Cerca de la fuente de Los Pastores se aventuran la yeguas con algún potrillo recién nacido. Éste ha tenido más suerte que el de la imagen inferior.



El Cornón, la cumbre afilada por los hielos, tiene debajo un espolón de peña rojiza conocido por Pena Rubia. Entre Pena Rubia y la cumbre hay un escalón no muy grande, un cuenco pedregoso, obra de la última actividad glaciar. Por aquí arriba, en primavera, el ratón de campo traza laberintos infinitos de galerías que quedan al descubierto cuando la nieve se retira.


Aquí mismo me encontré con una víbora, animalejo que llega a vivir en alturas sorprendentes. Hace muy pocos años, en la cima del Nevadín, un chico participante en el Campo Internacional de Trabajo que aquí se organizaba, fue mordido por actuar de forma algo temeraria. Este ejemplar madrugador de la foto se alimenta de los ratoncillos de campo que, desde hace días, excavan sus galerías por debajo de la última nieve. Alguna lagartija, algún pájaro despistado, pueden ser presa de la víbora también. 


Me sorprendió mucho el encuentro en esta época del año -17 de abril- pero más debió de sorprenderle al tempranero bicho que salió disparado. De ahí que la primera foto, sobre la hierba aun aplastada por la nieve, sea una especie de borrón pero suficiente para evidenciar que el ejemplar tiene un tamaño notable. Le corté el camino con ayuda del bastón para forzarla a meterse en la nieve y allí le tomé dos fotos más rápidamente antes e devolverla al pedregal soleado y templadito donde quedó recuperando energía y sosiego.












La cima de El Cornón ya está cerca. En el borde de la vertiente norte resiste todavía algún nevero con tramos de buen espesor.


Los hielos que esculpieron el Cornón dejaron en la vertiente norte cortos y vertiginosos valles como éste que cae hacia la fuente de El Piochu, en los Puertos de La Paradona, algo más  arriba de la Braña de Los Cuartos, en las cabeceras del río Pigüeña (Somiedo, Asturias).


En Europa y América debe de haber innumerables picos llamados Cuerno o Cornón o Horn. Todos ellos, con forma más o menos piramidal, fueron esculpidos por los hielos del pleistoceno. En los Alpes, el más conocido es el Matterhorn -el Cuerno en la Pradera-, alias Cervino.
El buzón del Cornón fue anclado el ocho de julio de 1979 por Abilio y José Cadenas, Rutilio Pardo, Valentín Cabrios, Gonzalo Méndez, Alfonso Fernández, Manuel Pinillas, Manuel Miguélez y Florentino Varela. Aunque reparado y pintado en varias ocasiones, creo que sigue siendo el mismo. Valentín -ya fallecido- y Floro -en activo y para rato- puede que sean los dos montañeros que contabilizan mayor número de ascensiones a este pico. Hace bastantes años, Valiente ya superaba las sesenta.


Echemos un vistazo desde El Cornón empezando por el sur y según el sentido de las agujas del reloj. El pico que destaca en la foto superior es el Muxivén (2.032 metros). A su derecha, la Chana Redonda y el alto de Los Parapetos de Robles de Laciana. A la izquierda, en el valle, casi hay que imaginar el caserío de Lumajo.


El valle y las brañas de Sosas. Al fondo, el corazón del valle de Laciana, donde se distingue parcialmente el embalse de Las Rozas. A lo lejos, las cumbres nevadas de Salientes y la Sierra de Gistreo.


Al oeste, el Pico del Río de San Miguel y la cima de Sierra Pelada (2.038) que vierte aguas a tres valles: Sosas, Orallo y la cabecera del Pigüeña.


A los pies del Cornón (2.188), el Cornín (2.059) -Little Big Horn- y, más allá, el Puerto de las Zreizales que, a casi 1.800 metros de altitud, comunica los valles de Orallo (Laciana) y Pigüeña (Somiedo). Después, los dientes de sierra del Pico de Los Raxos (2.018) y, a su izquierda, el Cogochu del Zebocheu (2.084). 





Panorámica hacia el norte-nordeste con los picos somedanos de Fontarente, las peñas del Nunciu y Canseco, el precioso y recóndito valle del Trabancu y la Penouta. En segundo plano y en medio de la imagen, la muy señalada cumbre del Mocoso -Moscoso para los funcionarios-. Los buenos conocedores identificarán también los murallones del Valle del Lago y, más allá, las rayas de cebra en la Pena El Michu sobre en el valle de Saliencia.


El valle glaciar del Trabanco, nacido cerca de El Cornón y vertiendo hacia el río Somiedo por La Peral. A lo lejos se distinguen los prados de la Braña de Mumián.


El afilado pico de Los Pouchus y las Veigas de la Mozarra (Lumajo, Laciana). A la izquierda, La Penouta de Somiedo. A lo lejos, las Ubiñas.


El caserío de Santa María del Puerto de Somiedo y, a lo lejos,
las moles babianas de Peña Ubiña (2.417).


Los conocedores identificarán en la fotografía la Peña Larga de Babia y a sus pies, a la izquierda, el lago. Más allá, como una pirámide en medio de la veiga, la Peña del Castillo de Mena. 


En primer término, el valle del torrente Glacheiru de Sosas. Más allá, el valle y el pueblo de Lumajo. Después, en Babia, las explotaciones carboneras a cielo abierto, el Collao de Villabandín y los altos de La Curiscada.

Y, de nuevo con el Muxivén, queda completa la circunferencia.