Muy agradecido a los seguidores de este blog, os informo de que termina esta experiencia a la par que acaba el año. La noche que viene es la de los grandes propósitos, ya sabéis, y uno de los míos consiste en ... digamos que administrar mejor la aceleración del tiempo. Ojalá se cumpla esta aspiración y también todas las vuestras. Gracias.

Julio.

Nochevieja de 2013.


martes, 23 de agosto de 2011

Caboalles de Abajo: una excursión por las brañas.

 
 
 
 
Imegan tomada en 9 de agosto de 2011 contra el peñal de la cabana de la foto inferior.
 
 
 
 
 

Vivaldi:
 Concerto n.º 2 en sol menor, Op. 8, RV 315, "El verano".
Trondheim Soloists. 
Solista: Mari Silje Samuelsen.






A las brañas más altas de Caboalles -Valdepila, Prao Cerrao, Vallerona- de momento hay que dirigirse mirando siempre al frente, sin volver la vista atrás, como debió haber hecho y no hizo la señora de Lot. Ganaderos aparte, quienes suben a estos montes lo hacen esperando disfrutar del paisaje y hacer salud pero, si durante los dos primeros kilómetros vuelven la vista atrás,  pueden convertirse en pasmos petrificados.  
A partir del círculo -también conocido en geometría moderna como redondel o punto gordo- dibujado sobre la imagen superior, ya puede cada cual mirar hacia donde mejor le cuadre, que todo es muy interesante y muy hermoso.   




1   Confluencia de los ríos Valdepila y Tuerto y cascada.
2   Prao Cerrao.
3   Vacherona y alto de Recuélabre: paso a Genestoso (Cibea, Asturias).
4   Collao Chano / La Mocheda: paso a Llamera (Cibea, Asturias).
5   Laguna de Viveiro
6   Las Chombas (Chozo)
7   Valdepila
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cascada en el torrente de Valdepila, casi en la confluencia con el río Tuerto.
Estas dos fotografías fueron tomadas en marzo de 2011.
(En verano el caudal no es, ni mucho menos, así de espectacular).
 
 
 
 
 
 
La primera grichándana florecida en los prados de Entrerríos en 2011.
Fotografiada el primero de abril.
 

El río Tuerto unos metros antes de fundirse con el de Valdepila.



 
 
 
 
 
 
 
 
Prao Cerrao: la piedra de la sal.


 
 
 
 


 
Paso desde el valle de Laciana al de Cibea por el Collao Chano.

 
Las nieblas vienen de Asturias a inundar La Vacherona.


 
La laguna de Viveiro, a las puertas del verano, ya está en las últimas.


 
Las Chombas: uno de los pandos más espectaculares de la comarca.

 
El Chozo recuperado por INCULCA (Iniciativas Culturales de Caboalles).

 
 
 
Atardecer en Valdepila.

 
Cabanón en Valdepila.
  
 
 
El pradón de La Noval, en Valdepila.

 



Imagen tomada al oscurecer junto a la cabana de Luisma.
Conviene ver su página web con calma y atención.

 

 
 
    
 
  
______________________________________________________________________

Nota: para desconocedores del terreno, ver la propuesta de la guía 
ALTO SIL, 40 rutas a pie, vol. 1 (Ruta 2).
(En todas las librerías de la comarca).
________________________________________________________
        

miércoles, 17 de agosto de 2011

Pandorado: La Romería de 2011




 
 
Un antiquísimo camino recorre de sur a norte Las Asturias aproximándose a la fragosidad de la cordillera por la cuenca del río Omaña. Con raigambre megalítica, este derrotero tuvo carácter estratégico durante la colonización romana. El itinerario principal enlazó Astorga y la región de los Astures Trasmontanos subiendo, entre abundantes explotaciones mineras y poblados castreños, por La Garandilla, Trascastro e Inicio, alzándose de aquí a Pandorado para continuar por las lomas hacia Salce, pasando al valle del río Luna, remontando aquel curso hasta Puente Orugo y entrando al valle de San Emiliano para enfilar hacia el Puerto de la Mesa.
Esta ruta, con sus ramificaciones hacia las cabeceras del Sil y a Leitariegos por la alta Omaña, fue escenario de legendarios -pertenecientes al mito tanto como a la historia- enfrentamientos entre el reino astur y el emirato de Córdoba y, siglos después, se erigió por un tiempo en notable vía comercial y pecuaria. 


 
Pandorado es la más célebre de las extensas lomas o pandos omañeses de perfil tan desgastado, accesibles, soleadas, propicias para el cultivo de grano y por ello afamadas, hasta no hace mucho, en su calidad de tierras de pan llevar.
El nombre, Pan Dorado, dio pie a varias leyendas -conozco al menos tres versiones- en las que intervienen cristianos, moros, cabreros y labradores envueltos en grandes prodigios.
 

La antigüedad del primer oratorio de Pandorado se desconoce aunque, dada su situación, poco cuesta suponerlo lugar de cultos desde el remoto origen del camino y santuario cristiano desde el inicio de la reconquista.
La talla de la Virgen parece ser obra del siglo XIII. (Es a partir de la segunda mitad del XII cuando se documentan estas imágenes de la Virgen sentada y en posición asimétrica, con el Niño sobre su rodilla izquierda y la mano derecha alzada, sosteniendo un objeto simbólico). Unos siglos después se puso de moda revestir las Vírgenes con material textil, dándoles incluso apariencia erguida. Ello obligó a mutilar las estatuas hasta el punto que se aprecia en la foto anterior, donde falta el brazo derecho de la madre, el hijo desapareció completamente de cintura para abajo, la mano izquierda de la señora es un pegote de mucho cuidado y la derecha del niño, en plan bendecidor, a la vista de su tamaño es digna de un buen picador minero.


 
El templo de Pandorado fue objeto de restauración hace muy poco tiempo. Detrás del retablo -s. XVII o XVIII- había unas pinturas algo más antiguas que fueron saneadas antes de quedar ocultas nuevamente. Tomé las dos fotos siguientes de sendos cuadros colgados en el camarín de la Virgen. 


 
El origen de la romería en Pandorado es también desconocido aunque, puestos a elucubrar, nada cuesta remonarlo a edades previas al cristianismo. Quien sabe mucho de Pandorado y de su historia documentada es Enrique Rodríguez de Valcarce. Él me habló de un libro, conservado en Vegarienza, que recoge las normas por las que se rigió la vieja Cofradía de Pandorado. Está fechado en 1707 pero empieza advirtiendo que las reglas fueron reescritas porque las anteriores estaban rotas y malparadas y eran de letra tan antigua que no se podía leer ni entender.

 
Pan dorado.
 
El capítulo séptimo de las susodichas ordenanzas recoge que, en la octava de la fiesta mayor, todos los cofrades reciban una comida moderada que se componga de tres cuarterones de carnero o una libra de vaca, una libra de pan y un cuartillo de vino y seis libras de truchas o un pernil a todos. Para el desayuno, media libra de pan y medio cuartillo de vino. Y que este lo compongan entre dichos hermanos legos desde este año de 1707 por suerte y turno entre ellos y que no falten ni excedan en cosa alguna en esto, en poco ni en mucho, so pena de dos ducados y una libra de cera.

Actualmente, cada quince de agosto, quienes tienen la suerte de participar en la romería y presenciar el desfile de pendones, pueden gozar asimismo de una comida moderada -¡jo!- en los restaurantes de Casa Resthy y del Hotel Pandorado y también en la vecina y elegante villa de Riello. Es preciso reservar mesa con antelación pero, en caso de overbooking -que siempre ocurre-, cabe acercarse a El Castillo -Hermanas Prieto- o a Vegarienza o a Senra o a Murias de Paredes o a donde haga falta.







La iglesia se pone de bote en bote una hora antes del oficio y el robador de fotos se
cuela escalera arribapara ver la procesión desde la venteada sombra del campanario.


 


 

 
 
 

Don Ovidio, atento a la organización.


 
Es costumbre que las campanas de Pandorado repiquen desde el momento en que
la Virgen sale del templo hasta que regresa después de haber hecho un alto en la
legendaria pradera de Campodiós, punto extremo norte de la Cañada Real de la Vizana.  


Emilio, de Ariego de Arriba.
 
Los campaneros se relevan con mucho arte, de modo que ni se notan los cambios.



 
 
Jesús Melcón, de Santibáñez de La Lomba.
 
 
El turno vuelve a Dámaso Rabanal, de Andarraso y de Villablino.



 
Desde el campanario vemos como, más allá de las instalaciones del hotel,
el desfile procesional llega a Campodiós.


 
 

El pendón de Vegarienza.