Muy agradecido a los seguidores de este blog, os informo de que termina esta experiencia a la par que acaba el año. La noche que viene es la de los grandes propósitos, ya sabéis, y uno de los míos consiste en ... digamos que administrar mejor la aceleración del tiempo. Ojalá se cumpla esta aspiración y también todas las vuestras. Gracias.

Julio.

Nochevieja de 2013.


domingo, 20 de febrero de 2011

Tesoros de Omaña (I): El retablo de Villabandín




El retablo de Villabandín, 
en el Valle Chico de Omaña.



J.S. Bach
  Oratorio de Navidad  BWV248


Algunos templos de Omaña guardan imágenes medievales que tienen un valor excepcional no solo por razón de antigüedad sino por sus cualidades estéticas y expresivas. Todas se deben a lo que calificamos como arte popular. Santa Ana de Trascastro, La Encarnación de La Seita -en Rodicol-, las Vírgenes de Salce o de El Villar de Omaña y alguna talla más siguen hoy en sus iglesias mientras que a otras, como el muy peculiar Cristo de Torrecillo, las guarda y exhibe el Museo Catedralicio y Diocesano. Son piezas de imaginería aislada que, andando el tiempo, pasaron a ocupar lugar prominente en los retablos, aunque no todas o no siempre. 


Además de esas esculturas tan antiguas, Omaña tiene unos cuantos retablos construidos a lo largo de la Edad Moderna. Una de las más meritorias y admirables piezas del tesoro histórico artístico comarcal es el retablo de la iglesia de Villabandín, cuya construcción data del siglo XVII.

A finales del XVI, durante el tiempo que se conoce como tardo-renacentista, se impuso en parte de Europa una escultura religiosa al servicio de la Contrarreforma, es decir, frente a la Reforma Protestante promovida por Lutero y que tanto desgastaba al catolicismo. El Concilio de Trento (1545-1563) se ocupó, entre otros asuntos, de la instrucción en la doctrina, lo que dio lugar a una oleada artística en favor del aprendizaje por observación. Se trataba de favorecer expresiones pictóricas y escultóricas capaces de mantener la atención de los feligreses  y ayudar al predicador en la enseñanza de los libros canónicos -Antiguo y Nuevo Testamento- y del santoral católico. Así nacieron infinidad de retablos que, en cierto modo, podrían equipararse a los actuales cómics.



 
Los retablos albergan una serie de imágenes distribuidas en planos horizontales -banco, cuerpos y ático- y verticales. En la calle central y sobre el banco siempre debe estar el sagrario, sobre el que se coloca la representación del santo titular de la iglesia. El sagrario original de Villabandín no es el que ahora puede verse pero, sobre la hornacina vacía, sí que está San Miguel Arcángel, quien da nombre al templo y es la única talla aislada o de bulto redondo que hay en el conjunto. 



































































Un San Miguel Arcángel de notables orejas, vestido a la manera militar romana,
alancea en plena cuenca ocular a un diablo rojo de fuego y furia.



Durante el Renacimiento fue habitual situar en el ático una talla de la Crucifixión. Más tarde, con la eclosión del barroco, el ático pasó a estar ocupado por una representación del Padre Eterno, un Maiestas Domini como éste de Villabandín. 


La huida a Egipto, que ocupa la primera casa en el cuerpo inferior del retablo, es una de las tallas más celebradas. Suelen llamar la atención la vestimenta del Neno -envoltorio usual hasta no hace tanto tiempo aunque quizá es más colorido éste de Villabandín- y el elegante atavío de San José.



El Cristo Resucitado.
 
Las columnas salomónicas propias del barroco, retorcidas y adornadas con sarmientos cargados de racimos, parece que fueron incorporadas al retablo renacentista en una pronta modernización.
 

 
San José y el Neno.

 
San Joaquín y la Virgen nena.


Modelo iconográfico ideado en el siglo XV que representa a Santa Ana 
llevando en brazos a su hija, la Virgen María, quien a su vez sostiene al Neno Jesús.
El parecido entre madre e hija es innegable. 



La Coronación de la Virgen.


La Anunciación.

 
La Visitación.
 
Saludo entre la Virgen y Santa Isabel, bellamente ataviadas 
y muy parecidas también. Por algo eran primas.



La Adoración de los pastores.
 
Esta serie de imágenes del banco es muy atractiva y a menudo los omañeses
fotografían alguna viñeta para felicitar con ella la Navidad.
 

 
Presentación del Neno en el templo.


Adoración de los Reyes Magos.



Bautismo de Jesús en el Jordán.


Aunque es pieza aparte, este Ramo de Villabandín se cuenta 
entre los más guapos de Omaña.






Escudo en la Casa del Concejo de Villabandín.

_______________________________________________


Para Josepín Hidalgo, que me llevó a descubrir muchos
tesoros ocultos en Omaña, y para los amigos del I.E.O.
Y, por supuesto, para Miguel y familia y para Mercedes, de Villabandín. 

 




jueves, 17 de febrero de 2011

Rabanal de Abajo y aledaños: energías y nereidas

 
 
Sarah Chang interpreta la Chacona en sol menor de Vitali.
 
 
 
 
Las ondinas del Alto Sil y otras fantasías     

 
 
Energía.
Embalse de las Rozas desde el Cuetu Farrapa.
 
 
Energía y frío.
Presa de Las Rozas.
 
 
Sólo frío.
La Ferviencia, al pie de la carretera,
junto al muro del embalse de Las Rozas.
 
 
El Puntío sumergido.
Hasta mediados del pasado siglo este puente daba paso desde el barrio
del Pico la Villa al del Condao.
 
 
Por los años 60, buena parte de Rabanal de Abajo quedó sumergida en un pantano.
La presa de Las Rozas es una de las dos obras hidráulicas siamesas descritas en algún documento con el donoso nombre de El Biembalse. La otra está en términos de Matalavilla y Valseco. Entre ambos vasos comunicantes hay un túnel, de doce kilómetros nada menos, que va por la margen izquierda del Sil, arramblando con cuantas regueras pilla de camino, y tuerce en las proximidades de Palacios para pasar bajo la montaña al valle de Salientes.
 


Las tierras enlutadas de Rabanal de Abajo emergen de vez en cuando.


 
 
 
El pantano de Matalavilla (Palacios del Sil).
(Habrá que llamarlo monopantano ya que,
junto con el de Rabanal, constituye el biembalse).
 

Azud de Las Ondinas (Palacios del Sil).
 
La central hidroeléctrica alimentada por el biembalse está entre Palacios y Corbón, en la hoz silvestre y nemorosa de Las Ondinas, un lugar solitario y extraño que ya llevaba ese nombre tan insinuante mucho antes, desde nadie sabe cuándo.
 

 

Las Ondinas (G. Bussière)

En la primavera de 1919 hubo que remover por aquí muchas peñas para tender la vía del ferrocarril. Pronto empezó a pasar regularmente el tren de La Minero, pero las ondinas no debieron de espantarse. Yo creo que, al contrario, con el tiempo les fue haciendo gracia replicar al chiflo de las locomotoras y vacilar con el crédulo pasaje del Correo. 
    
 
Año 1919: ¿obreros en una balastera o percance durante el tendido de la vía?
 
 
 
Cuatro décadas después, lo del biembalse ya fue una cosa mucho más seria. Cuando empezaron las obras del túnel de El Cachafeiro y la perforación de galerías y cavernas, supongo que las náyades se alarmaron debido a las vibraciones, a la persistente turbidez del agua y también por las oscilaciones en el pH, que ellas son muy sensibles a la acidez. Por fortuna aún estaban a tiempo de  buscar otro acomodo donde seguir jugando a la natación sincronizada y permitiendo que algún afortunado escuchara sus voces melodiosas. 
Estoy seguro de que las ninfas jamás abandonaron las cabeceras del Sil. Sospecho que, desde entonces, se divierten por la reguera de Urria, por el Cuvachín y demás arroyos del Abesedo y por la parte de Salientes, en el desfiladero de la Puente Blanca y en las revueltas de La Estelada. Juraría que en Salientes yo las vi tejiendo hojas secas de muchos colores. 
 
 
La Puente Blanca de Salientes, por donde se cree que viven las ondinas.
 

 
 
Río Cuvachín, de Rabanal.
También dicen que si por aquí ...
 
 
 
 
El estrechón del Padruño antes de la construcción de la presa de Rabanal.
 
El  proyecto hidroeléctrico entre Rabanal de Abajo y Las Ondinas se ejecutó en los primeros años del desarrollismo, cuando los ministerios técnico-económicos fueron asumidos por los tecnócratas del Opus Dei. Ora et labora.
Creo que aquel gobierno ya no se obsesionaba, como los de antes, con extender el regadío por todo el secarral sino que pretendía la autosuficiencia energética para acabar con la autarquía, impulsar el desarrollo y acortar nuestro retraso eterno con Europa. La potencia de la vieja central térmica de Compostilla acababa de ser ampliada pero, además, el Régimen continuó exprimiendo las posibilidades energéticas del río Sil, haciendo más pantanos y, de paso, afianzando para el Generalísimo y Caudillo de España el título civil y plebeyo de Paco el Rana


Compostilla (Ponferrada) hoy.

Ahora, en el XXI, los de los pantanos parece que aquí, en el ángulo oscuro, ya se acabó. Apenas queda potencial hidráulico por aprovechar y, además, después de la hazaña de Riaño y de la rebelión de Omaña, se diría que la Administración  no se atreve ni  siquiera a autorizar las limpias, atildadas e inocentes minihidráulicas.  Pero algunos profesionales de la política (1) (2)  evitan esas minucias para atreverse con mucho más. Por ejemplo, los de la especie apostante y canora. Estos trabajan para la empresa -ganar las elecciones a toda costa, el poder por el poder- y para sí mismos. Son proclives a extraños maridajes, a meterse donde nadie los llama y a olvidarse de todo aquello a lo que se comprometieron porque no están capacitados para acometerlo. Los de la subespecie canora (3) son habilísimos para lograr que las cosas se perciban diferentes desde el momento en que les cambian el nombre. Para eso necesitan tantos asesores, para que discurran expresiones líricas, cursis y estúpidas o para que se las busquen por internet, en el Rincón del Vago. Que si empleo verdeQue si planeta sostenible. Que si la tierra no es de nadie sino del viento. Que si el río es de las ondinas, las náyades, las nereidas o las ninfas. (4) En cuanto empiece la campaña electoral, volverán a dar la tabarra con la Reserva de la Biosfera y a decir que los montes de Laciana y Babia son de Pan, el diosecillo de la flauta, los pastores y las cabras.   


 
Rabanal de Abajo     

 
 
 



Una de las casas más antiguas e interesantes de Rabanal de Abajo guarda uno de
los escudos de armas más hermosos de Laciana
y una de las orlas con mensaje más fanfarrón:
En la batalla de Clavijo -hecho que los historiadores
ponen más que en duda- bien se conoció mi espada.






   
La iglesia de Santo Adriano es una de las más interesantes del valle de Laciana y su retablo debió de ser el mejor. La estructura, el armazón de cuerpos y calles, fue enviada a restaurar y no volvió. Afortunadamente sí regresaron las tallas.
 
 
 
La Circuncisión.
Práctica ritual en la religión judaica y otras también práctica médica.
Obsérvese la finura y delicadeza con que el mohel maneja el bisturí
para intervenir en el pirulín.
 
 
Adoración de los pastores.


Ofrenda de los Reyes Magos: oro, incienso, mirra y nada de carbón porque la talla es
muy anterior a la explotación del yacimiento de Laciana.
 
 
 Nuestra Señora del Otero, procedente de la arruinada ermita cuyos vestigios
aún quedan sobre el cerro próximo a la iglesia.
 
 
Lo que va quedando de la ermita del Outeiro que fue construida, muy probablemente,
sobre un castro. Al norte y al sur del otero hay dos zanjones -Lacavén llaman al del sur-
que parecen elementos defensivos.


San Adriano, patrón de Rabanal. 
 
 

 
Notas:
 
(1) Profesional: persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación, pero también persona que practica una actividad, incluso delictiva, de la cual vive.

(2) A ver quien resuelve esta adivinanza: ¿Qué destacado político profesional tiene un apellido que podría servir para el conjunto de los de su especie?

(3) Lástima que cada individuo no se ocupe en aquello para lo que tiene verdadera capacidad e inclinación. Con estos de la especie canora ganaríamos cada año ese Festival de Eurovisión que tanto se nos resiste.
(4) El agua también es de los cetáceos que la Junta de Castilla y León acaba de incluir en el catálogo de especies regionales en peligro de extinción.