Para M.
Los gorriones de Juli el enterrador
crían bajo el alero
de la capilla-taller
en el cementerio de Villablino.
El cant dels ocells
Pau Casals
¡Benditos pájaros, sin fiesta fija!
Con la libre monotonía de lo nativo, de lo verdadero, nada, a no ser una dicha vaga,
les dicen a ellos las campanas. Contentos, sin fatales obligaciones,
sin esos olimpos ni esos avernos que extasían o que amedrentan
a los pobres hombres esclavos, sin más moral que la suya ni más Dios
que lo azul, son mis hermanos, mis dulces hermanos.
Juan Ramón Jiménez
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