Visto el interés que parece haber despertado este asunto, añado un chorrito más de vitriolo al final.
Los nenos de Palacios del Sil, cuando van camino del río pasan ante la puerta de una bella casona solariega perteneciente al linaje de los González del Campillo. Los nenos se asoman entre los barrotes de la cancilla para observar el escudo de armas que adorna la fachada más noble. Tienen que adoptar una postura un tanto forzada, como la que yo precisé para tomar la foto inferior, porque la piedra de armas está colocada muy próxima a la muralla.
Lo más llamativo del blasón es el personaje imponente que aparece arriba, blandiendo una estaca de gran tamaño. Los nenos de Palacios le llaman el Santu Macarru y le gritan y él les contesta:
- Santu Macarru, tírame´l palu.
- Nun te lu tiru que toi muy malu.
EL INFORME
Tuve un jefe a quien siempre admiré, entre otras razones, por ser persona clara, concisa y resolutiva. Fue capaz de organizar y mantener un buen equipo en el que confiar y delegar con garantías. (Con casi todas las garantías, digamos). A menudo me encargaba la redacción de informes de contenido técnico o económico y eran tales su talento, capacidad de comunicar y precisión que se limitaba a sugerirme un título, agregar un subtítulo elocuente y aclarar en pocas palabras su pretensión u objetivo. Con eso debería bastarme.
Pronto aprendí que lo tercero, conocer el verdadero propósito del informe, es lo fundamental. Un redactor que se precie debe lograr que su texto parezca riguroso, aséptico, desapasionado, pero que contenga una buena carga de manipulación capaz de alcanzar al lector de forma muy sutil pero efectiva, por debajo del umbral de su conciencia.
Ante todo, el redactor debe tener muy claro si el escrito ha de defender una determinada tesis o justamente la contraria. Recuerdo ocasiones (unas cuantas) en que hube de escribir dos documentos al mismo tiempo aduciendo, arguyendo y demostrando en el primero algo totalmente antagónico a lo que pretendía con el segundo. El experto artesano redactor que trabaja por encargo, puede hacer este tipo de ejercicio sin sufrir ninguna disociación específica en sus funciones psíquicas. Le basta con tener presentes dos conocidos aforismos: a) el papel lo aguanta todo y b) el que paga, manda.
En fin, después de este dilatado exordio, vayamos a lo práctico y analicemos un caso a modo de ejemplo. Se trata de redactar un informe que lleve por título Fidalgos los de Palacios, por subtítulo Os Pazos do Sil: un antigo concello berciano y cuyo propósito sea demostrar que Palacios del Sil es El Bierzo, siempre lo ha sido y siempre lo será.
El texto podría empezar diciendo que los pueblos que hoy integran el municipio de Palacios del Sil han recibido una influencia de la cultura astur que se manifiesta con riqueza en la presencia de una arquitectura tradicional (hórreos) y de una lengua, el “patsuezu”, que han enriquecido a sus gentes durante siglos y que han servido también para potenciar sus señas de identidad. Pero estas señas de identidad no son excluyentes, determinantes, ni exclusivas, ya que hay también otras realidades compartidas con el Bierzo que han sido, son y serán importantes tanto para el municipio de Palacios del Sil y sus vecinos como para la Comarca del Bierzo y los suyos. Nos referimos a realidades geográficas: la de pertenecer a un espacio, a un territorio que en la Edad Media se denominó Bierzo o “territorio bericense” con el que en parte comparten clima, medioambiente, fauna y vegetación.
El informe podría continuar haciendo hincapié en el hecho de que el monasterio berciano de San Andrés de Espinareda colonizó términos del concejo de Ribas de Sil como lo prueba determinado documento del siglo XIV donde se asegura que la iglesia de Santa Leocadia de Palacios perteneció a dicha institución. Pero cuidado: no convendría a los propósitos del informe referir que los abades de San Andrés de Espinareda también adquirieron, por compra o trueque, fincas y edificaciones en Laciana o en Babia o en la mismísima Ribera del Órbigo, porque esto desvirtuaría la sólida noticia anterior.
Para proporcionar una idea acerca de la antigüedad de los vínculos de Palacios del Sil con El Bierzo, el redactor del informe podría expresar que el límite occidental del concejo de Ribas de Sil, el origen y núcleo del actual municipio de Palacios del Sil, lo marcaba antiguamente el río Soroncillo, en la actualidad conocido como río Valdeprado, y que un documento fechado en 1032 refiere la donación de un cenobio llamado Santiago Apóstol y unas viñas en el lugar de Soroncillo, en “territorio del Bierzo”. Pero ojo: no convendría en modo alguno al propósito de este informe llamar al río Valdeprao con su tradicional nombre de Cerunciechu, que suena al habla usada por los valles en torno al anticlinorio del Narcea. Y mucho menos convendría recuperar documentos de mayor antigüedad y enjundia como el Liber Fidei de Braga, por el que sabemos que, avanzado el siglo VI, las parroquias de la sede episcopal astorgana eran la propia Astorica, Legio, Bergido, Petra Separanti, Comanca, Ventosa, Maurellos, Senuire, Fraucelloe et Paesicos. Ni sería procedente traer a colación que el país de los paesici o paesicos –ya citado por los cronistas de la antigüedad clásica y que abarcaba buena parte del occidente de la actual Asturias, donde estaba su capital- incluía los valles de cabecera en la vertiente meridional de la cordillera. Y en concreto, no convendría citar a Augusto Quintana Prieto (Primeros siglos del cristianismo en el convento jurídico asturicense; pp. 449 y sucesivas) cuando opina que estos paesicos deben de estar de puertos para acá y, por tanto, el distrito de los paesicos astorganos comprendería las montañas de origen y curso de los ríos Sil y Luna.
Podría el informe mencionar el muy contundente hecho de que el concejo de Ribas del Sil de Arriba formó parte de la provincia de Villafranca del Bierzo. Pero no convendría a su propósito recordar que la provincia de Villafranca del Bierzo fue un ente tan efímero que, desde la conquista romana de Hispania hasta nuestros días, apenas existió entre 1821 y 1823 y tan artificial que, por darle un tamaño razonable, le añadieron el valle de Laciana lindante con Narcea, Somiedo y Babia y la orensana comarca de Valdeorras.
Tampoco convendría recordar que, desde los primeros años de la Reconquista hasta mediados del siglo XX, Palacios del Sil perteneció a la diócesis de Oviedo.
Mapa (parcial) de la diócesis de Oviedo hasta mediados del siglo XX.
En el informe podría colarse incluso alguna barbaridad como que las asimetrías entre el concejo de Ribas de Sil y el Bierzo han estado marcadas fundamentalmente por factores administrativos, por el hecho de que la mayoría de las poblaciones del concejo de Ribas de Sil hubiesen pertenecido administrativa y jurisdiccionalmente desde el siglo XV al XIX al Condado de Luna, mientras que la mayor parte de la provincia del Bierzo al Marqués de Villafranca, unido al hecho de que religiosamente hubiesen pertenecido a diócesis distintas: Ribas de Sil de Arriba a la mitra ovetense y la mayor parte del Bierzo, a la de Astorga.
Lo que jamás debería incluir el documento es opiniones disparatadas como, por ejemplo, sostener que fueron hechos de carácter administrativo los que favorecieron que se diluyera el sentimiento de pertenecer a una misma región geográfica, facilitando que se considerase el Bierzo como algo distinto. Y mucho menos añadir que como consecuencia de la organización administrativa, jurisdiccional y religiosa durante la Edad Moderna, se fue perdiendo el sentimiento de pertenecer a un mismo territorio el Bierzo, a un territorio que geográficamente está definido con rotundidad por el curso del río Sil y las montañas que lo circundan: la cordillera Cantábrica por el norte, los Montes de León por el este, los montes Aquilanos por el sur y el macizo galaico por el oeste. Y aún mucho más pernicioso sería añadir que durante varios siglos, especialmente desde el XVI al XVIII, el Bierzo quedó comprendido administrativamente en el Reino de León, formando uno de los tres partidos que componían esta provincia: León, Asturias y Ponferrada o El Bierzo, y que el concejo de Ribas de Sil no quedó integrado en la provincia de Ponferrada o el Bierzo, lo que explicaría por qué los arrieros de Palacios decían que iban a comprar vino a la Provincia del Bierzo. (Ésta sí que es gorda).
Y, ya puestos, el informe podría concluir con una afirmación rotunda, tajante, terminante, concluyente y categórica acerca de la bercianidad del "concechu palaciegu" aludiendo a la voluntad de la mayor parte de la población del Ayuntamiento de Palacios del Sil, de sus gentes, que sin olvidarse de su propia cultura quieren formar parte de una Comarca, la del Bierzo, que siempre ha sido la suya.
Lo que jamás debería hacer el redactor del informe es la más mínima alusión a don Roberto González-Quevedo, doctor en filología y antropología, filósofo y lingüísta nacido en Palacios del Sil en 1953. Y mucho menos mentar tan reconocidas obras suyas como Roles sexuales y cambio social en un valle de la Cordillera Cantábrica (1991), Antropoloxía llingüística: cultura, llingua y etnicidá (1994), Pul sendeiru la nueite (2002) o la magnífica colección de poesía y relatos Na nuesa tsingua.
Pues bien (y concluyendo): aun teniendo muy presentes todas las observaciones anteriores, creo que el informe así planteado resultaría ser un clamoroso desastre y que, de su análisis, el lector inteligente podría inferir lo contrario a lo que habrían pretendido el redactor y el demandante, es decir, que ni Palacios del Sil es El Bierzo ni nunca lo ha sido. (Aunque, eso sí, puede que pronto lo sea).
Solo me queda recordar lo obvio: que un artesano redactor a sueldo no precisa esmerarse si quien le encarga el documento es un político simple pero audaz y temerario como una mata de habas y que paga muy bien porque desconoce el valor de las cosas y porque dispara con pólvora del rey.
Ver http://www.bierzotv.com/assets/incorporacionpalacios.pdf
Leido el delirante informe accesible a través de la anterior dirección web veamos ahora, para dejar mejor sabor de boca, una serie de fotografías de Palacios del Sil, tomadas las tres primeras desde la parte de El Poulón y la tercera desde Las Canales.
Leido el delirante informe accesible a través de la anterior dirección web veamos ahora, para dejar mejor sabor de boca, una serie de fotografías de Palacios del Sil, tomadas las tres primeras desde la parte de El Poulón y la tercera desde Las Canales.
Próximamente habrá nuevos capítulos dedicados a Palacios.
Ya puestos a esbardallar, acudamos al Libro Registro del Monasterio de San Juan de Corias. Una anotación fechada en la era MªCCªXIIIIª (1176 de nuestro calendario) dice que en la villa de Piedrafita (de Babia), el monasterio de Corias tiene tres yuguerías y un tercio de la iglesia y las tiene por una permuta. El abad Pedro dio a Teresa Pérez y sus hermanos García, Gonzalo, Arias, Miasol, Estefanía, junto con un convento, toda la heredad que poseía el monasterio de Corias en territorio del Bierzo, en Posada y en Congosto, a cambio de toda la heredad que ellos tenían en Piedrafita. Lo cual pone en evidencia que todo el territorio actualmente anegado por el embalse de Bárcena fue colonizado y aún pertenecía al Monasterio de Corias en 1176. De ahí a justificar que la capital de El Bierzo es Cangas del Narcea, falta un pelo. Todo se andará.
4 comentarios:
por dios!!!!! julio, a buenas horas.....reza y argumenta para que no te toque a ti la china, mojate y se claro. miedo me dan territorios eclesiasticos, noiliaros,que no eran territorios eran posesiones, imaginate un actual pais del conde luna del orbigo a asturias, de traca, pueblos de portugal del reino de astorga, la hostia en verso, ese documento que linkeas es la mayor verguenza vista en mucho tiempo y ni dios dijo nada quitando cuatro, pena me da, y lo que veremos, esa es otra de las indolencias de esas tierras en los ultimos tiempos. ese asunto de palacios mejor seria olvidarlo que indigna mucho, pero por otro lado valoro que saques el tema, si con eso se consegue airear los tejemanejes que esconde, que han actuado con total impunidad ante la pasividad general. un apestado y posiblemete ya derrotado como laureano rubio explica muy claro las pertenecias de ribas de sil en la edad moderna, ademas de una nativa de cuevas en la universiada de leon que deberia empezar a llamrse univerisad de valladolid y ponferrada. anda que les den por.....Me pregunto que pensaran los de villafranca con el nombre que empieza a sonar para su parador.
Es muy paradójico. Las penosas hojas de un informe lleno de manipulación y de falta de honradez intelectual pueden dar lugar a un artículo brillante en la forma y honesto en todo el contenido. Aunque una cosa infecta como el Informe sólo merecería una contestación a su infame nivel, leer lo que dice Julio es una satisfacción tanto para los de Palacios como para quien, siendo del lugar que sea, tenga un mínimo de sentido común. Esperamos con avidez las próximas entregas.
Roberto.
jeje!! vamos a joder un poco mas la paz navideña; hablando de eclesias y cosas por el estilo no esta demas "picar" en el mapito y sus cifras comarcales que se marcan hoy en el diario de leon hablando de divinidades y pesetas que disimulan el gazapo(no busqueis en la web, hay que ir al papel pa ver la "caca"); en el mapito de las diocesis de leon y astorga meten a laciana y palacios en la de astorga, para despues comarcalizado el asunto aparecer ya, se supone, laciana metida en el bierzo, porque lo que es laciana no aparece. el pecadin no es inocente, ya no saben que hacer para ganar terreno el bercianismo soez en ese periodico, si no es por lo civil que sea por lo criminal, si no quieres por las buenas por las guarras, no te nombro y me paso por los guevos el rigor si no eres docilin, jeje, el dire berciano del dl hace maravillas, y el escribidor marco romero que hizo salsa rosa con la desgracia minera de lacianiegos, tambien, en la marcha de hace unos meses, se gana un gallifante supongo de cara arriba, me imagino que el obispo los confesara. la falta de obispado en ponfe les duele,les quita cache... ¡¡pues van a por ello!!.
Los que han firmado ese informe son profesores de historia, que NO historiadores.
Ese informe es una muestra más de lo que pueden hacer con nuestra historia los políticos en connivencia con “profesionales” dispuestos a fabricar nuestro pasado a medida de los intereses que quien lo demande, a cambio de ….. -el abanico de posibilidades es tan amplio que no me atrevo a señalar cuál pudo ser la prioridad (un cargo de responsabilidad, la elaboración de un libro muy bien pagado, un generoso cheque….).
En este caso el/los político/s son culpables del resultado de ese informe, no cabe duda, pero aún lo son más quienes al amparo de su profesión, e INTENCIONADAMENTE, hicieron un mal uso las fuentes. En fin… ya sólo queda por preguntarnos ¿qué historia enseñarán esas personas a nuestros hijos? ¿serán de los que critican determinadas ediciones de los manuales de historia que se utilizan en algunas comunidades?.....
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